El letargo del dolor cubre con un velo los recuerdos malditos, parecen olvidados, superados… pero no es así. Están presentes en cada golpe de reloj, en cada latido del corazón, en cada herida que creía cerrada.
¿Valor o paz? ¿Orgullo o tranquilidad?
Es miedo a volver a sufrir lo que siento. Es miedo a que mis ojos delaten que mi corazón se desangra con cada silencio cargado de palabras mudas.
domingo, 7 de noviembre de 2010
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