A la sombra del telón, los susurros amortiguan las caricias del silencio, entre escombros de fracasos y restos de maniquís descuartizados.
El valor del afortunado éxito es el olvido de los sueños que te llevaron a dormir en su inmaculado regazo.
Pecados a cambio de virtudes, futuro por pasado, extraños convertidos en amigos...

¿Es ese el precio?
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